Las listas de 2010 están plagadas de Kanye West, lo cual me parece una extravagancia. ¿De verdad gusta tanto en la redacción de Pitchfork y Rolling Stone? Lo dudo. Bueno, de Rolling Stone ya nada me sorprende, igual podrían haber votado a Ramoncín. Pero los hipsters son alérgicos al rap, eso lo sabemos todos. Ahora deciden meter a un rapero en su club y para que el gesto no pase desapercibido le dan la medalla de oro. ¿No? ¿Estoy siendo un cínico? Seguramente.
Aparte de eso, como cada año las listas de lo mejor del año me han servido para darme cuenta de que me he pasado el año entero en el limbo. No conozco al 80% de las bandas. Por lo menos. Ni zorra idea.
Una de las que sí conozco (desde 2009, soy así de moderno) es Salem, que para gusto de mi ego aparece en el top 20 de casi todos los tops. «Te lo dije», es lo que digo cada vez que tengo la oportunidad. Lo cierto es que su directo es atroz, pero en disco son muy dignos. Y tras leer sobre ellos en las webs más selectas los he escuchado sin cesar esta semana.
Salem pertencen al estilo llamado witch house, que suena como el dubstep pero se llama witch house. Sospecho que la saga Crepúsculo tiene algo que ver con la nueva etiqueta (a ver lo que dura) aunque también hay en ella indicios reales, de pie de calle: depresión, desempleo, abulia juvenil. Me vienen a la mente Morrissey y Marr en Manchester, 1982. El witch house es aire frío en suspensión, un racimo de tinieblas, algo parecido a caminar descalzo sobre la escarcha.
La misma atmósfera se respira en Japón. Allí tampoco están para celebraciones y la escena indie ha levantado la voz, alguna voz alguna vez. De los cientos de grupos «descubiertos» en 2010, Shinsei Kamattechan (神聖かまってちゃん) es el que más ha destacado. Por varios motivos. Uno de ellos es su imagen. Como sucede con Salem, Shinsei Kamattechan proyectan miedo e inquietud a través de sus vídeos. Gente matando, muriendo, matándose. Todo esto lo hemos visto antes, pero sigue funcionando, igual que una película de terror.
También el sonido es radical. Shinsei Kamattechan son cacofónicos, suenan mal a conciencia. Y las canciones son muy similares las unas a las otras, gracias a un piano que evoca el comienzo de todas las horrendas baladas de amor producidas en el continente asiático en los últimos cincuenta años. Además, está claro que ni Chibajin (bajo) ni Mono (teclados) ni Misako (batería) ni Noko (voz, guitarra) saben tocar sus instrumentos. Bravo, digo yo, alusiones a la tradición y amateurismo punk. Me gusta.

Los responsables
Lo más interesante de todo es que este monstruo ha causado sensación. Sus responsables cuentan con una repentina y relativamente inesperada popularidad. En Akane Indie estamos acostumbrados a vídeos que tienen entre, digamos, veinte y veinte mil vistas. Los vídeos de Shinsei Kamattechan no bajan de las cien mil, y uno de ellos supera el millón. Cuántas formaciones j-pop, premeditadas en despachos, sueñan con esas cifras.
Así comenzó, con una cascada de vídeos. Hace un año aproximadamente Noko, vocalista y líder indiscutible del grupo, se dispuso a grabar clips y a subirlos a YouTube y otras plataformas de Japón, como Nico Nico Douga. Su presencia en la red es intensa. Al comprobar que a los fans les daba pereza despegarse del ordenador y asistir a los conciertos, comenzaron a salir a escena con un laptop que utilizaban para chatear en vivo. «¿Dónde estáis, cabrones?», les decían entre canción y canción.
El efecto ha sido viral. En marzo de 2010 Shinsei Kamattechan publicaron su primer disco, Tomodachi Wo Koroshite Made («Matar a un amigo»), que se ganó el asombro de la revista de actualidad y eventos Metropolis. Lo describió como «un dibujo a lápiz hecho por un sociópata de cuatro años…» A lo que añadió: «en el mejor de los sentidos posibles».
A principios de agosto hablaron de Shinsei Kamattechan en The Japan Times, el periódico en lengua inglesa de mayor tirada en Japón. Los veían como cuatro jinetes musicales del apocalipsis, y por ende imprescindibles. A los pocos días tocaron en el festival Summer Sonic de Chiba, su ciudad natal, en las cercanías de Tokio, y como era de esperar arrasaron. Hasta NME, que andaba por allí cubriendo la invasión británica, se detuvo a entrevistarles.
Para entonces estaban ligados a Warner. Su contrato es muy parecido al que firmara Beck en su día: les permite publicar discos de manera independiente, siempre y cuando hagan los deberes.
Los dos primeros frutos de este acuerdo salen a la venta el 22 de diciembre. Uno se llama つまんね (Tsumanne, «Aburrido»). El otro みんな死ね (Minna Shine, «Todo el mundo muere»). No hace falta decir cuál es el disco lanzado sin el patrocinio de Warner. Al igual que el primero, este verá la luz bajo el sello Perfect Records.
A diferencia del witch house, Shinsei Kamattechan no quieren recordarnos que dan pavor. Al revés, bajo la apariencia de tenebrismo destilan naturalidad, y ahí reside su encanto. Noko, por medio de sus letras y sus vídeos, le da al grupo un aire maléfico. Si no fuera por eso, se diría que son cuatro estudiantes de postgrado tocando música pop desafinada. Tampoco van de nerds: claramente, no muestran interés ni en la moda ni en las fotos. Noko aporta la imagen, pero también es tímido y volátil, tanto que ya odia a la prensa y desaparece en cuanto huele a periodista. Los otros tres sonríen y responden como pueden a las preguntas.
2011 se presenta como un año interesante. Beck es una buena analogía. «Matar a un amigo» me recuerda mucho a Golden Feelings, el animal deforme que puso al aún desconocido músico californiano en boca de los hipsters y en la cima de todas las listas allá por 1993. ¿Qué significa? Un regreso a las raíces en un mundo pesimista. Un dibujo a lápiz, un boceto a carboncillo, un grabado en aguafuerte, un «desastre de la guerra», una pintura negra… Y lo mejor es que no deja de ser pop.
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http://www.myspace.com/kamattechan
http://nekonekonekoneko.cocolog-nifty.com/
http://id37.fm-p.jp/201/kamattechan/
http://www.audioleaf.com/nokonoko/
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nosotros en general llevamos un retardo de diez años en las listas, si sirve de consuelo. q perturbados están, pero es una mezcla de pop y ruido la mar de interesante, si.
Interesantísima banda! Me hablaron de ella anoche, y recien hoy los vine a escuchar.
Una cosa!: tomodachi wo koroshite made (友だちを殺してまで) significa «hasta matar a un amigo».
Genial blog. Se van a favoritos!
Me alegro de que te gusten el blog, Shinsei K. y la música alternativa nipona.
Te agradezco la corrección, mi japonés es un poco pedestre. Saludos!