Como todos sabéis, hace algunos días Sony anunció el final de la producción del Walkman, es decir, del Walkman para casettes porque su versión digital sigue viva y en muy buena forma. Se me ha ocurrido rescatar este spot de 2008, la respuesta de la marca japonesa a la conocidísima campaña publicitaria del iPod. En él aparecen Fuyuki Yamakawa y Atsuhiro Ito, dos maestros del japanoise.
Yamakawa utiliza su cuerpo como un instrumento de percusión y viento. La amplificación la consigue pegándose micrófonos al tórax, bajo la ropa. Ito se ha inventado un artilugio llamado optrón, un tubo fluorescente conectado a pedales de efectos que funciona como una especie de «guitarra» luminosa.
En principio, el japanoise es anti-sistema y elitista. En la práctica, no tanto. Aunque, todo sea dicho, el anuncio duró poco en antena. Era una invitación a la epilepsia, tema delicado en el país de las videoconsolas.
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